La responsabilidad social corporativa se ha convertido en una herramienta crecientemente empleada por las empresas para alinear sus estrategias con los diversos grupos de interés que constituyen su entorno económico, social y medioambiental. Su propósito principal es facilitar una gestión estratégica sostenible, abordando la sostenibilidad en su triple dimensión: económica, social y medioambiental.
En 1987 la UNESCO creo el concepto de Desarrollo Sostenible, lo que implica la necesidad de una explotación equilibrada de los recursos, sin comprometer el capital ecológico de las futuras generaciones, pero desgraciadamente “Sapiens” no ha entendido que se debe de cambiar el actual modelo productivo y de prestación de servicios para asegurar la sostenibilidad de nuestra especie en el planeta Terra.
Debido al cúmulo de “externalidades negativas” que se siguen produciendo actualmente, tanto las administraciones públicas como el sector empresarial empresas están adoptando medidas y creando estrategias para mitigar o reducir la parte de estas externalidades negativas que les corresponde, sobre todo en bajar la huella de carbono e hídrica e incorporando tecnologías recuperativas en sus procesos de producción.
Bien es cierto que existe cada vez más legislación relacionada con el cumplimiento de normativa ambiental y social ( relacionada con la inclusión de colectivos desfavorecidos y vulnerables en la sociedad ), pero también es cada vez más constatable que las empresas han y están comprobando que aplicar y concienciar sobre sostenibilidad les está confiriendo una gran ventaja competitiva donde sus propios clientes y proveedores valoran este compromiso de responsabilidad social empresarial con su entorno y con los otros stakeholders o grupos de interés, además que la propia sociedad en general responde positivamente cuando se plantean hacer propuestas sostenibles en los ámbitos social, cultural y medioambiental, las cuales se manifiestan en productos o servicios.
Pero a pesar de los esfuerzos que se están llevando a cabo, las medidas son escasas y de mucha lentitud en su aplicación y a pesar del creciente interés en la sostenibilidad, el camino hacia una economía sostenible en términos medioambientales, sociales y culturales es todavía muy largo. En este sentido, nuestro país como miembro de la Unión Europea tiene que elaborar estrategias para cumplir con el nuevo Plan de Acción para la economía circular, el Pacto Verde y el Agenda 2030 para el desarrollo sostenible, con el objetivo de crear e implementar medidas que favorezcan un modelo de crecimiento más sostenible. De este modo se puso en marcha la Estrategia Española de Economía Circular (EEEC), con una serie de objetivos a nivel nacional para retener los materiales, productos y recursos en la economía el mayor tiempo posible gracias a un nuevo modelo de producción y consumo, y así reducir la generación de residuos. La EEEC embarca muchas acciones para lograr ajustes necesarios y cumplir con el objetivo a largo plazo de dicha estrategia; una transición hacia una España circular en 2030.
Para ello, se ha establecido una serie de metas cuantitativas a alcanzar para 2030:
- Disminuir en un 30% el consumo de materiales respecto al PIB, tomando como año de referencia el 2010.
- Disminución del 15% de la generación de residuos tomando como referencia los generados en 2010.
- A partir del 2020, disminuir la generación de residuos de alimentos en toda la cadena alimentaria
- Aumentar la reutilización hasta un 10% de los residuos a nivel municipal
- Mejorar un 10% la eficiencia en el uso del agua
- Disminuir la emisión de gases de efecto invernadero por debajo de los 10 millones de toneladas de CO2.” (Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto demográfico [MITECO],2022).
Y en el orden de conseguir la sostenibilidad social y para que sirva de mínimo ejemplo y referido al sector de personas vulnerables con discapacidad según la última encuesta del INE, el 34,6% de las personas de 16 a 64 años con discapacidad oficialmente reconocida en 2021 eran activos, 0,3 puntos más que en el año anterior. Esta tasa de actividad era 43,1 puntos inferior a la de la población sin discapacidad lo que demuestra que nuestra sociedad no es todo lo inclusiva que debería ser.
Para afrontar estos desafíos, el grupo de entidades CECAP planteo la estrategia de crear un CLUB de RSE en Castilla La Mancha, para que sirviera de plataforma de puesta en común de integración de ideas, debates y buenas prácticas en responsabilidad social corporativa en donde los responsables de empresas y administraciones publicas tengan referencias para el diseño de estrategias que puedan surgir de las empresas y de las distintas administraciones publicas que contribuyan a la generación de sostenibilidad para la sociedad.
En este sentido actualmente en el ámbito de la gestión de empresas / organizaciones/ entidades surgen las siguientes reflexiones y/o preguntas que los directivos/as deben de responder para asegurar la propia sostenibilidad de sus organizaciones bajo los criterios más actuales de la dirección estratégica. Estos serían los siguientes:
Sería conveniente desarrollar objetivos conjuntos en sostenibilidad, así como usar sistemas de medición estandarizados y centralizar la información que se esté utilizando no solo con los que forman parte de la organización sino también alineados con los otros grupos de interés o con los miembros del CLUB de RSE de Castilla -la Mancha , lo que puede contribuir a crear estrategias conjuntas de responsabilidad social corporativa que sean generadoras de mayor valor social y económico compartido con mayor facilidad además de cada organización podrá conocer los objetivos o comprobar su evolución de manera comparativa y “coopetitiva”.
Se debe de incrementar la conciencia sobre la importancia de la sostenibilidad para la empresa y para la sociedad en general, mostrando datos bien argumentados y contextualizados para demostrar que hacer sostenibilidad tiene hoy en día mas sentido que nunca y que no debe ser un lavado de cara a la sociedad.
Es necesario hacer partícipe a los empleados en el diseño de una estrategia para conseguir una empresa más sostenible en los términos anteriormente citados, pero sobre todo en el de la sostenibilidad social procurando que la empresa sea más inclusiva socialmente. En este punto considero que las empresas/organizaciones/entidades/ deberían de crear la figura de un gestor/responsable/ de empresa inclusiva para conseguir los hitos que se planteen.
Como conclusión general, la sostenibilidad no debe de ser entendida como una moda pasajera, ni como una palabra que nos ayude a transmitir acciones que realmente no se están llevando a cabo, la sostenibilidad debe de ser interiorizada con el ADN de la propia organización para hacer frente, juntos con los demás grupos de interés, a resolver los graves problemas que tiene la humanidad con respecto a sí misma y al entorno medioambiental. El nuevo concepto de sostenibilidad actúa bajo el soporte de asegurar las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones con un planteamiento de mayor protección medioambiental, un crecimiento económico coherente y responsable con los principios éticos e inclusivo donde todos y todas los Sapiens que formamos parte de la misma, tengamos la posibilidad de aportar y sumar lo mejor de nosotros mismos o, lo que es lo mismo, desarrollar actuaciones de responsabilidad social personal para mejorar la sociedad a la que nos debemos.